Marley, no una hijastra, sino una zorra seductora, es castigada por su padrastro en el garaje. Él la domina, explorando sus agujeros, satisfaciendo su fetiche y dejándola suplicando por más.
Marley, la traviesa hijastra, había vuelto a empujar sus límites, y ya era hora de que su estricto padrastro la pusiera en su lugar.La convocó al garaje, donde desató su enojo sobre ella.La habitación se llenó de tensión cuando comenzó a reprenderla, su voz haciendo eco de las frías y duras paredes.Marley, lágrimas en sus ojos, no pudo evitar sentirse excitada por el dominio de sus padrastros.Sabía que tenía que someterse a su autoridad, y así lo hizo de buen grado.Su padrastro, incapaz de resistir su seducción, la llevó a sus brazos, sus manos explorando cada centímetro de su cuerpo.La desnudó, dejando ver sus pechos turgentes y su apretado coño, antes de empujarla al frío y duro piso.La folló sin descanso, sus embestidas cada vez más intensas en cada momento que pasaba.Finalmente, llegó al clímax, llenándole el coño con su caliente y pegajosa leche.Marly, a pesar de su comportamiento anterior, no pudo ayudar pero disfrutó del castigo.
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