Una linda y pequeña rubia es sorprendida con las manos en la masa en un robo. En lugar de la ley, es castigada con sexo rudo y animalista. Su cuerpo pequeño es tomado duro y rápido, dejándola suplicando por más.
Una rubia menuda con una racha pícara se encontraba en una situación pegajosa cuando la pillaron con las manos en la masa en el acto de robo.El dueño de casa, un hombre destituido con gusto por lo poco convencional, decidió expulsar algún castigo.Ató al ladrón travieso, desnudándola para revelar su figura impecable.La belleza rubia, aunque asustada, no pudo negar la excitación que la recorría.El hombre, al sentir su sumisión, decidió darle una prueba de su hombría.La ubicó a cuatro patas, su culito pequeño en plena exhibición y la embistió con una fuerza cruda y primordial.La ladrona menuda gimió en una mezcla de dolor y placer, su cuerpo se retorcía bajo su implacable embestida.El hombre perdido en su propio placer, continuó arrasando a la ladrona rubia, sus gruñidos animalistas resonando por la habitación.Este fue un castigo que nunca olvidaría.
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