Al elevarme temprano, me di el juguete de mi novio, experimentando un placer intenso.Sus amigos, la llegada inesperada, provocó celos, encendiendo un encuentro salvaje con el juguete, dejándome completamente satisfecha.
Después de una caliente noche de amor, mi hombre dejó atrás su juguete favorito.Un somnoliento, sustituto de goma para él, esperando ser llenado.No pude resistir el encanto del prohibido, y a medida que el sol de la mañana se filtraba a través de las persianas, me encontré explorando este extraño pero tentador objeto.Mi toque encendió un ardiente deseo dentro de mí, y me rindí a él, sumergiéndome en el embriagante placer.Cuando llegué al pico del éxtasis, un pensamiento repentino golpeó - este juguete estaba destinado a mí, un reemplazo perfecto para mi amante ausente.Pero con esa realización llegó una punzada de celos.¿Fui yo solo un sustituto?¿El amargo sabor de anhelar llenó mi boca, haciéndose eco del vacío dejado por mi esposo desaparecido.Mientras me apartaba del juguete, un cálido chorro de crema llenó el vacío, un testimonio del intenso placer.Y con un corazón pesado, me di cuenta de que incluso en el reino del placer, nada podía reemplazar al toque humano.
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