Sorprendido mi visitante no deseado

Al lanzarme a mi habitación me encontré con un invitado inoportuno -un extraño al acecho en mi santuario.En vez de alarmarme me llamó la atención un deseo abrumador de darme placer.Me desnudé rápidamente, mis manos explorando mi cuerpo mientras me hundía hasta mis rodillas.Sin el conocimiento de él, el intruso tenía acceso a mi acto en solitario, y su curiosidad se despiertaba.Sus ojos rastreaban cada uno de mis movimientos, su respiración se recuperaba cuando llegaba al clímax.Intrigada por su reacción, cerré la distancia entre nosotros, nuestros labios se reunían en un acalorado beso.El extraño, ahora embobado, correspondía a mis avances, sus manos vagando por mi cuerpo. La emoción de lo prohibido avivó nuestra pasión, encendiendo cada roce un fuego que había estado latente por mucho tiempo.El sabor de él envió ondas de placer atravesándome, mi cuerpo respondiendo con un fervor que no había experimentado en años.La habitación se calentó más, nuestras respiraciones se furiosas mientras sucumbíamos a nuestras urgencias primarias.La línea entre el deseo y el peligro se borró, dejándonos a ambos en un estado de euforia.