En vacaciones, me entregué a una experiencia única con un robot de vanguardia. Mientras complaceba expertamente mi estrecho agujero trasero, me correspondí ansiosamente, me place apasionadamente con un consolador gordo, golpeando todos los lugares correctos.
En unas vacaciones soleadas, me encontré sola con un robot sexual y un enorme consolador.El pensamiento de ser complacido por una máquina enviada se estremece por mi columna.Empecé a jugar con mi coño apretado, mis dedos bailando sobre mi jugoso culo.La brisa del océano fresca y la vista de mis grandes tetas y mi culito pequeño en el espejo me volvían loco.No pude resistir las ganas de deslizar el consolador profundamente dentro de mí, mis gemidos resonaban en la habitación.Justo cuando llegué al pico, la enorme polla del robot entró en mi apretado ano, enviando olas de placer desplazándose por mi cuerpo.El contraste del metal frío con mi piel caliente era abrumador.El robot me cogió sin descanso, mi cuerpo retorciéndose de placer.El orgasmo era diferente a cualquier otro, dejándome débil y satisfecho.El recuerdo de ese día, de ser complastado por un robot y un consolador, será grabado para siempre en mi mente.
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