Anhelando un coño mojado, hábilmente lamí y saboreé un tesoro suave de una impresionante rubia sin pelo. Sus gemidos alimentaron mi deseo de explorar más, dejándola anhelando una penetración más profunda.
Mientras paseaba por el parque, mi mirada cayó sobre una hermosa chica blanca despampanante, su liso y desnudo coño brillaba bajo la luz del sol.No pude resistir las ganas de saborearla, y con una sonrisa tentadora, me invitó a su lugar.Una vez allí, complací ansiosamente su coño sin pelo, mi lengua bailando sobre sus pliegues húmedos, llevándola a lo salvaje del placer.Sus gemidos retumbaron por la habitación, un testimonio de las exquisitas sensaciones que se dirigían a través de su cuerpo.Saboreé cada momento, confiando en el sabor de su dulce néctar.Su coño afeitado era un espectáculo para contemplar, brillando con deseo y anticipación.La vista de ella, extendiéndose ante mí, su coño húmedo y ansioso por la penetración, fue suficiente para encender mi pasión.Y mientras continuaba complaciendo, sabía que esto era solo el comienzo de un encuentro inolvidable.
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