Mi hermanastra disfruta de una polla dura en el sofá de la familia

Yo me quedé recostado en el sillón, obediente a mi propio negocio cuando mi hermanastra se sacudió.Ella es toda una mirada -delgadita, con un cuerpo asesino y un brillo pícaro en sus ojos.Siempre hemos tenido este entendimiento tácito- no solo eran familiares, eran seres cachondos.Así que, cuando ella se sentaba a horcajadas, sabía lo que se venía.Sus manos empezaron a vagar, explorando mi hombría a través de mis pantalones, enviando estremecimientos por mi columna.Su tacto era demasiado para resistirse, y antes de que lo supiera, me tenía adentro de ella.La vista de su pequeño marco montándome en nuestro sillón familiar, sus cabellos cayendo por su espalda, era una vista para los dolores ojos.El sofá rechó bajo nuestro peso mientras me cabalgaba más fuerte, sus gemidos llenando la habitación.Me perdí en el calor del momento, olvidando todo sobre nuestra supuesta relación tabú.Cuando finalmente terminamos, nos acostamos allí, sin alientos y satisfechos, en nuestro sofá familiar.