El padrastro se excita con el bronceado de su pequeña hijastra, lo que lleva a una sesión caliente de placer oral y vaginal. El clímax resulta en una corrida facial, lo que marca un final satisfactorio para su encuentro tabú.
Un hombre estaba recostado en la bañera mientras su hijastra bronceaba su cuerpo pequeño, algo común.Sin embargo, esta vez, no pudo resistir las ganas de escabullirse un pico en ella, y lo que vio encendió un fuego dentro de él.De inmediato se sintió atraído por su encanto juvenil y la vista de su forma desnuda.Cuando se acercó a ella, su excitación se hizo más fuerte.La jovencita, sorprendida pero intrigada, le permitió disfrutar de ella.Comenzó a acariciarla, explorando cada centímetro de su cuerpo antes de que su lengua encontrara su camino hacia sus pliegues húmedos.El sabor de ella era embriagante, llevándolo al borde del éxtasis.Luego la tomó por detrás, sus fuertes manos la agarraron con fuerza mientras la embestía.La vista de ella de rodillas, retorciéndose de placer, fue demasiado para que se resistiera.Se liberó, su caliente semilla tapándole su cara, marcando el final de su apasionado encuentro.
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