Después de semanas de coqueteo, la hija adolescente de mis vecinos finalmente cedió a mis avances. No perdí tiempo en mostrarle lo que una verdadera polla negra sabe.
Después de un agitado día en la escuela, la joven vecina no podía esperar para llegar a casa y relajarse.Mientras subía las escaleras, su mente se llenó de pensamientos de helado y Netflix.Pero poco sabía, le esperaba un regalo mucho más tentador.En el primer paso, se topó con una vista que le enviaba aceleraciones de corazón: una enorme polla negra perteneciente a su vecino.La vista era abrumadora, pero increíblemente excitante.Sus ojos encerrados con los suyos, una comunicación silenciosa pasó entre ellos.Sabía lo que quería, y sabía que tenía que tenerlo.Con una sonrisa diabólica, la llevó a su habitación, donde comenzó la verdadera acción. Sus fuertes manos guiaron su cabeza hacia su palpitante miembro, y ella lo encajó con ansias, saboreando cada centímetro de su oscura y dura piel.El sabor era embriagador, y se encontró deseando más.A medida que continuaba complaciéndolo, sus propios deseos crecieron, y pronto, agarró golosamente su verga profundamente dentro de ella.La habitación resonó con sus gemidos de placer, ya que experimentó el sabor final de la satisfacción negra.
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