Después de un día estresante, mi pareja y yo nos entregamos a una sensual ducha.Mientras el agua caía en cascada sobre nuestros cuerpos, no pudimos resistir las ganas de explorarnos mutuamente.Complaceba ansiosamente su hombría con mi boca, llevando a un clímax intenso y satisfactorio.
En la última entrega de nuestra serie de duchas calientes, mi pareja y yo nos entregamos una vez más a nuestra pasión mutua por el placer oral.Después de un largo día, estábamos ansiosos por desenrollarnos y apartar la mente del trabajo.Al entrar en la ducha, el agua caliente cae en cascada sobre nuestros cuerpos, sin dejar ninguna parte de nosotros expuesta a la brisa fresca.Con el agua fluyendo por nuestras espaldas, volteamos nuestra atención entre nosotros, explorando nuestras manos cada centímetro de nuestros cuerpos desnudos.Agarro firmemente la hombría de mi pareja, sintiendo la anticipación construirse mientras la acaricio con creciente intensidad. La vista del miembro palpitante de mi pareja , resbaladizo por el agua y el deseo, es suficiente para volverme loca. No puedo resistir la urgencia de llevarlo a mi boca, el sabor de la piel de mi pareja enviando estremecimientos por mi columna.La sensación es abrumadora, el placer demasiado grande como para ignorarlo.Estaban perdidos en el momento, nuestros cuerpos entrelazados en la ducha, nuestros gemidos resonando en las baldosas.Esta es la experiencia definitiva de baño, un testimonio del poder del placer oral.
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